/Difusión Colegio de Fonoaudiólogos Regional La Plata /
Existen las disfluencias típicas de la edad (entre los 2 años y medio y los 5 años) que tienen lugar cuando la habilidad de la fluidez está desarrollándose junto al lenguaje.
En las disfluencias atípicas, en cambio, se observa tensión muscular, bloqueos, el número de repeticiones es mayor y puede aparecer un compromiso corporal global.
En las disfluencias típicas no se observa tensión y el número de repeticiones es menor.
La disfluencia suele ser más frecuente en hombres que en mujeres, en una relación 4 a 1.
Se sugiere consultar cuando:
- Existen antecedentes familiares de tartamudez.
- Ha presentado disfluencias por más de 6 meses.
- Parece haber empeorado su tartamudez con el tiempo.
- Se observa un temperamento sensible en el (la) niño(a).
- Existe gran demanda comunicativa en el hogar (habla rápida, sin respeto de turnos, exceso de preguntas, etc.)
Además hay que considerar como signo de alerta la preocupación de los padres respecto del habla de su hijo y cómo este escenario afecta al niño emocionalmente (evita situaciones comunicativas, se tapa la boca, se angustia cuando le resulta difícil hablar, etc).
Si identificamos alguna de éstas alertas se sugiere hacer una consulta con un fonoaudiólogo formado en disfluencia para que la familia pueda recibir información/orientación actualizada sobre el tema como así también de los diferentes abordajes.
La consulta oportuna y la intervención primaria:
- Favorece el pronóstico de recuperación .
- Permite un diagnóstico diferencial de las disfluencias (típicas/atípicas).
- Previene la continuidad de la disfluencia a lo largo de la vida.
- Previene la formación de pensamientos, sentimientos y conductas poco saludables o negativas en relación a la disfluencia.
María Cecilia Bidart. Lic en Fonoaudiología. Formada en el área de práctica de las disfluencias (tartamudez).
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