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El posicionamiento filosófico de la ontología del lenguaje sostiene que el lenguaje genera realidad y esto se debe justamente a un aspecto del mismo vinculado a su carácter generativo: cada vez que decimos algo, un mundo emerge con ello. Ahora cuando hablamos de inclusión( etimológicamente en cerrar) la discusión es mucho más profunda. Para incluir lo primero a tener en cuenta es que previamente hubo exclusión por acción u omisión.

La inclusión en tema de género es una de las tantas asignaturas pendientes. Discapacidad en sus distintas formas, no videntes, síndrome de down, clases sociales, culturales, económicas y el hambre son algunas de las tantas. Una manera de incluir también es el respeto a la diferencia de pensamiento. No se trata de estar en contra de sino, más bien proponer los derechos igualitarios de los seres humanos. El hombre y la mujer necesitan, deben tener igualdad de oportunidades y reconocimientos, sin embargo es necesario destacar que existe la diferencia biológica que hace al atractivo hétero también.

No pasa por incluir algo y excluir lo otro. Todos bienvenidos a la igualdad de derechos y obligaciones. Los fundamentalismos, el fanatismo y la ceguera ideológica son factores de exclusión, paradójicamente. De hecho, la grieta no es más que la exclusión parcial de una parte de la sociedad según desde donde se mire; es una conversación que dice algo así como “solo vale lo que yo pienso y digo y lo tuyo es impresentable”.

La inclusión es mucho más que un slogan de campaña, que un lenguaje.

Es la aceptación que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos a la oportunidad de vivir sin represiones culturales, religiosas, sociales y económicas, respetando la elección de la sexualidad y observando la unidad en la diferencia.